toxina botulínica

La odontología siempre ha tratado de “armonizar” los dientes y la sonrisa, la sonrisa y la cara, la cara y la persona. Sin embargo, en este momento podemos estar más atentos a nuestro propio campo de acción, lo que enriquece aún más la capacidad de cuidar del bienestar de nuestros pacientes.

Nuestro legítimo campo de acción abarca el área entre el trago (bilateral) y el hueso hioides a lo largo de la línea del triquión. Este durante años se limitó a la cavidad oral, quizá, porque la denominación de “odontólogo” se restringe, por la palabra en sí, al tratamiento en la cara. Sin embargo, a lo largo de esta práctica clínica, se utilizan referencias faciales (extraorales) para tratar la dentadura en forma adecuada, y nos convertimos en mejores odontólogos cuanto más aprendemos a observar la cara y a integrarla con el individuo en un todo. En definitiva, nos demoramos bastante para asumir que la odontología va más allá del tratamiento de los dientes.

Cabe mencionar que este espectro terapéutico es motivo de atención, ya que debemos estar igual de dispuestos a expandir y a profundizar el conocimiento, porque la disponibilidad de las herramientas y de las técnicas para el éxito de la rehabilitación orofacial es directamente proporcional al conocimiento científico y al respeto por los límites biológicos y psicológicos de nuestros tratamientos. Cada herra­mienta es válida siempre y cuando se emplee de un modo correcto. Los profesionales dotados de cono­cimientos científicos, habilidades técnicas y con la capacitación apropiada estarán más cerca del éxito y de la plena satisfacción de sus pacientes.

¡Estoy segura que usted, quien compró este libro, está en el camino correcto! Todos los capítulos que con­forman esta obra forman parte de un magnífico proyecto de difusión del conocimiento, el cual cuenta con profesionales de excelencia que representan a todos los cirujanos odontólogos de Brasil. Una mirada feme­nina a la salud y a la armonía orofacial tiene el objetivo de equilibrar la función y la estética de la sonrisa y de la cara, esta alcanza los niveles más altos posibles de bienestar y de longevidad con la previsibilidad de los resultados. Soy suspicaz para hablar, pero estoy muy orgullosa de la capacidad de las mujeres para cuidar, integrar, suavizar, armonizar y llevar a cabo, con cautela y coherencia, aquello que satisfaga las necesidades de los pacientes. ¡Éxito para todos, el futuro nos espera con mucho más conocimiento por adquirir!